top of page

Anaxímenes de Mileto: El Aire como Principio Fundamental del Universo

  • 17 jun
  • 4 Min. de lectura

Anaxímenes de Mileto (c. 585–524 a.C.) fue un filósofo presocrático y el último gran representante de la influyente Escuela de Mileto, considerada por muchos historiadores como la cuna del pensamiento racional y científico en Occidente. A su vez, que fue discípulo de Anaximandro (de quien hemos hablado en otro artículo en éste blog), y heredero del pensamiento de Tales. Nacido en la ciudad jonia de Mileto, en Asia Menor (la actual Turquía), Anaxímenes vivió en un periodo de transición entre la explicación mítica del mundo, dominada por los relatos de Homero y Hesíodo, y el surgimiento de la physis, la búsqueda de causas naturales. Su obra principal, aunque perdida, es mencionada por doxógrafos como Diógenes Laercio, Teofrasto y Simplicio, quienes conservan fragmentos y testimonios indirectos. Al parecer, fue uno de los primeros en escribir filosofía en prosa jónica, contribuyendo así al desarrollo formal del discurso racional.


ree

Anaxímenes vivió y enseñó en un entorno dinámico: la ciudad de Mileto, en el siglo VI a.C., era un importante centro comercial, político y cultural, abierto a influencias egipcias, babilónicas y lidias. Esta riqueza de estímulos favoreció el surgimiento de una tradición filosófica que buscaba orden, estructura y ley en la naturaleza, desplazando progresivamente las explicaciones mitológicas. En este contexto, Anaxímenes aportó una teoría unificadora y profundamente innovadora, cuyo legado fue retomado siglos después por filósofos como Heráclito, los estoicos y, más tarde, por pensadores modernos que buscaban una física del todo.


Origen y Justificación de la Elección del Aire como Arché

A diferencia de su maestro Anaximandro, que postulaba el ápeiron (lo indefinido) como principio (arché), Anaxímenes optó por un elemento concreto, perceptible y vital: el aire. Esta elección refleja su preocupación por una cosmología más tangible y naturalista, donde las transformaciones del mundo se explican mediante mecanismos físicos, como la condensación y la rarefacción, sin recurrir a entidades abstractas o metafísicas inobservables. Según Aristóteles en su libro "La metafísica", el aire es más simple y fundamental que el agua, y por tanto anterior a ella entre los cuerpos primarios. No se trata del aire atmosférico, sino de un principio más sutil y universal, presente en todos los niveles de la realidad. Como Tales con el agua, Anaxímenes considera que el aire lo penetra todo: es el aliento de vida del universo. Anaxímenes atribuye al aire cualidades propiamente divinas. No es solo origen de la materia, sino también de los dioses. Como refiere Aecio (I 7, 13), el filósofo afirmaba que “el aire es dios”, y que de él proceden todas las cosas existentes, incluidas las realidades divinas. Esta afirmación establece una auténtica teología natural, en la cual el universo nace de un principio animado que es a la vez sustancia y espíritu: lo que mantiene unido el cuerpo humano es el alma, y el alma es aire. Esta idea anticipa conceptos fundamentales que influirán en la filosofía estoica y en las nociones posteriores del pneuma.

ree

Aplicaciones y Relevancia en su Época

En el contexto del siglo VI a.C., la propuesta de Anaxímenes ofrecía una explicación naturalista y racional del origen y la transformación de las cosas, alejándose de las explicaciones mitológicas predominantes. Al atribuir al aire la capacidad de transformarse en diferentes sustancias, Anaxímenes proporcionaba un modelo coherente para entender fenómenos naturales como la formación de nubes, la lluvia o el fuego.

Además, su concepción del aire como principio vital establecía una conexión entre el microcosmos (el ser humano) y el macrocosmos (el universo). Anaxímenes afirmaba que, así como el alma humana (psique), siendo aire, mantiene unido al cuerpo, el aire también envuelve y sostiene al cosmos . Esta analogía entre el individuo y el universo reflejaba una visión holística y unificadora del mundo.

ree

Análisis Contemporáneo y Legado Filosófico

Frente a una lectura moderna que desliga a los primeros filósofos de los mitos, Anaxímenes demuestra que la filosofía se nutre de la tradición religiosa. Su aire primordial no es solo físico, sino también teológico. Pues no se puede tampoco reducir la categoría de “mito” a simple ficción, es anacrónico: para los griegos, el mito era una forma sagrada de explicar el mundo. Así, la filosofía nace como una prolongación del mito, cuando las divinidades se convierten en principios racionales. Hoy en día, la propuesta de Anaxímenes se valora por su intento de explicar la diversidad del mundo a partir de un principio único y por introducir procesos físicos (condensación y rarefacción) como mecanismos de transformación. Aunque su modelo no se ajusta a las teorías científicas modernas, representa un paso significativo en la evolución del pensamiento racional y científico.

Su influencia se extiende a filósofos posteriores, como Diógenes de Apolonia, quien también consideró al aire como principio fundamental, dotándolo además de inteligencia.


Conclusión

La elección del aire como arché por parte de Anaxímenes refleja un esfuerzo por encontrar un principio unificador y observable que explique la diversidad del mundo natural. Su enfoque, basado en la observación y en procesos físicos, marcó un avance en la búsqueda de explicaciones racionales y naturales, sentando las bases para el desarrollo de la filosofía y la ciencia en Occidente.


Referencias:



Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page